#024 - La conversión: Cambia tus manos


“Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. 
¡Límpiense las manos, pecadores! 
¡Purifiquen sus corazones!”
 
(Santiago 4:8)
 

Cuando éramos chicos, nuestra madre antes de sentarnos a la mesa nos decía: ¡A ver las manos! Si alguno las tenía sucias debía ir rápido a lavarlas para poder comer. 

Cuando van pasando los años, nuestras manos se van ensuciando de otra manera. Con ellas hacemos lo que no se debe, tomamos lo que no nos pertenece. Cuando se ensucian las manos, se ensucia también el corazón. 

¿Cómo se limpian las manos y el corazón? Presentándonos ante Dios:

• Sintiendo vergüenza: Humillándonos por haber realizado actos indignos. 

• Sintiendo culpa: Asumiendo nuestra responsabilidad, nadie nos ha obligado a pecar.

• Sintiendo amor por Jesús, el único que nos puede perdonar: Comprendiendo que El cargó por amor a nosotros, sobre sí mismo la vergüenza y la culpa de nuestros pecados en la cruz.